“La Medida de los Sueños”


El trabajo realizado a partir de las imágenes de los niños fue adquiriendo diferentes matices a lo largo de los años: de ser vehículo para reflexionar sobre lo social en un contexto de crisis que impuso el abandono a las formas más elementales de la dignidad humana, Blatto asumió una postura idealista, que llevó al cuadro. Sus dibujos, todos realizados en blanco y negro, acentúan el claroscuro, tanto en el nivel de la forma como en el contenido.
… el artista cordobés construyó atmósferas irreales, que a pesar de ello, son verosímiles. En este marco instaló de forma natural a los pequeños protagonistas, a quienes representa desnudos, desprovistos de toda impureza. A sus cuerpos inmaculados que parecieran flotar en la inmensidad del universo y en un lugar sin tiempo ni forma, el artista asocia los valores de honestidad, igualdad social, equidad, justicia e inocencia. Blatto sitúa en la edad de la infancia el símbolo de un mundo incorruptible. Los niños son modelos cercanos, terrenales en estos dibujos que al mismo tiempo acusan la impronta de los frescos del pintor italiano del Trecento, por la representación elevada de las siluetas infantiles, que emergen de plataformas semejantes a pilares romanos. Los niños aparecen como guías en un mundo real, caótico, impúdico, corrupto. El rescate del humanismo caracteriza a esta última etapa de la obra de Sergio Blatto. La vuelta a la naturaleza y a valores esenciales del hombre está latente, aunque no han sido objetivos establecidos a priori. Dentro de esta concepción, hay una insignia mística de estas obras que las vincula al arte cristiano. Sus imágenes, aunque" realizadas en un lenguaje contemporáneo, remiten a aquellas escenas pintadas sobre los muros de las iglesias…



Verónica Molas, crítica de arte.
Catálogo de la exposición “La Medida de los Sueños”
Centro Cultural Cabildo de la Ciudad, 2003, Córdoba.